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Foto del escritorJuan Rey Lucas

America' s Sweetheart de Courtney Love

Actualizado: 9 feb 2021


La música es un arma de la guerra contra la felicidad

JasonMraz


Para el año 2004 tras una larga temporada de diseño sobre exagerado de masterizado, problemas personales, la desintegración de su anterior banda, así también conflictos legales tanto con los ex compañeros de la banda de su difunto marido como con sellos discográficos de su reciente acetato. Tratando de darle un acabado merecido desde el 2001. Sale a la luz a mediados de los primeros años del siglo XXI el incorrecto e impredecible America' s Sweetheart de la legendaria rockera -incluso a pesar de ella misma- Courtney Love. El disco cargado de doce trakcs por demás repletos de altibajos que darán todo de ellos para conseguir la menor indiferencia en el oyente. Se inaugura con la prometedora, punzante y diatriba a la divinidad “Mono”. Augura mucho Love al presentarnos una recriminación a una deidad que aún a pesar de todas sus peripecias le sigue debiendo. Enarbolado desde los cimientos del ruido y la guitarra: “Oh, God, you owe me once more song / so I can prove you that I am so much better than him “. Continuamos con una carta pervertida de una milf en su edad de oro presumiendo y desahogando todo lo que le provee al adorno de su amante, con la enfargada y corrompida “But Julián I am a little bit poder than you”. Proseguimos con lo que parece es una carta póstuma al difunto de su marido. La añorante “Hold on to me”. Nos enfrascamos con la llena de energía, de recuerdos y desventuras de la poperona “Sunset strip”. Plagada de anécdotas de trasnoches y reventones: “Apaga todas las pornos, por favor / He estado aquí durante días de ahogamiento / Mala alimentación, mal sexo, mala televisión e internet y tire todas las estúpidas pastillas”. A continuación una letanía como un aperitivo de lo que es un básico y bien manufacturado rock: avanzamos con la disfrutable – con un riff demasiado bien moldeado-, la densa y potente “All the drugs”. Aparece la entonable, rítmica y delineada “Almost Golden”. Sigue la filosa, rasposa y genialmente desastrosa “I’ll do anything”. Se da una pausa para recorrer los terrenos melódicos de la tristemente enamorada y encantada “Uncool”. Se reinicia la vibración con la desfachatada, cínica e irreverente “Life despite God”. Nos sorprende Courtney con la contundencia y frenesí de la aplastante “Hello”. Un divertido rolon a cerca del encuentro sexual y sus consecuencias. Antes de que se pusiera de moda el feminismo la nacida en San Francisco, California rugía con descaro su feminidad: “Mi vestido está en llamas / Vamos a incendiarlo / No tengo deseos de nadie”. Ya por cerrar el disco retornamos al movimiento acelerado con la punk-rockera, y madrazo sonoro de apenas dos minutos y cincuenta segundos: la seca “Zeppelin Song”. Ya como colofón Courtney deja lo que para ella es lo mejor. Quizá sea excesiva y repleta de melcocha pero independientemente de los gustos a mi parecer ese tipo de baladas siempre le han quedado debido a su atípica y poco crisálida vocalidad. Cierra con la dulcemente y tierna “Never gonna be the same”. Es cierto que tuvo muchas vicisitudes para salir al mercado. Y no digamos de la deplorable promoción y publicidad. Comercialmente fue un desastre pero musicalmente el disco se salva, pues ha adquirido tesitura. Incluso su autora reprocha mucho de su creación. Pero el tiempo manifiesta que a contra corriente ya ha salido avante y bien librado. Algunos dirán lo contrario. Yo en mi caso lo distingo pues en su particularidad también soy consciente que la Sra. Love no es la mejor voz, sino que logró dentro de sus limitantes una muy buena manufactura.




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