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Foto del escritorJuan Rey Lucas

Auf der Maur (Disco homónimo)

“La mujer es el reposo del guerrero”


Friedrich Nietzsche


Hay un enorme gozo y éxtasis al poder elucidar y viajar por las rolas, las letras, y el soma musical de una mujer feroz -que he admirado desde el momento mismo que piso un escenario-. Melissa Gaboriau Auf der Maur, nacida en Canadá en 1972. Guitarrista, cantante y bajista (su principal arma melódica). Prácticamente, hace toda su carrera en los E.U (ha estado con las bandas The Hole y los Smashing Pumpkins) para después hacer su trayecto como solista. Trataremos su primera producción: el genuino y puro “Auf der Maur” (tal vez el “Out our Minds” tenga más vigencia pues fue producido hace diez años) pero el “Auf der Maur” –el disco naranja si se le puede dar un apelativo- es el que está construido a mediados del siglo XXI y merece todo un despliegue de nuestro disfrute por sus vías.


Pareciera que después de colindar con dos grandes personajes del mundo del rock ( Billy Corgan y Courtney Love), es imposible no salir nutrido o afectado por esas personalidades. Así es como se embarca en el viaje de armar su primer disco: El disco “Orange” arranca sin contemplaciones con la acelerada, viral y rebosante “Lightning is my girl” (desde el inicio percibimos toda la frondosidad que ha adquirido con los años Melissa en el manejo del bajo). Después vendría –el primer sencillo del álbum- la descomunal, incansable, y sísmica “Followed the Waves”, la fuerza de Melissa le da la pauta en todo momento a la contundencia de la rola. Sigue el disco con el segundo sencillo que salió del CD, la excelente y acontecer falsificador de “Real a lie”; para continuar con la lacerante, honda, sádica, y trotadora “Head Unbound”. Seguiría el siguiente sencillo (y por demás la mejor rola del disco), es la intensiva -ese ritmo de guitarra de Melissa al comienzo es impresionante: agarra por sí mismo un poder femenino apasionado-, sápida y aromática “Taste you”. Vendría una rola ominosa, musculosa, impetuosa e intensiva: “Beast of honor”. Para después disfrutar del ritmo socarrón, burlón, y cuasi-sadomasoquista de “I´ll be anything you want”.


Vendríamos a toparnos con tal vez una rola de las menores del disco, pero eso no quiere decir que se pierda eficiencia y cualidad: la consistente, férrea y afanosa “My foggy notion”. Nos adentramos ahora por una de las zonas más poperas y geniales de Melissa, con la alegre, romántica y rock-balada “Would if a could”. Avanzamos a la sonante –un puro piano que deviene en una línea sonora frágil y acontecida- la escueta “Overpower Thee”. Ahora nos enfrentaríamos con una rola muy a la western, como una cowboy fémina cabalgando por los tañidos de su bajeo para desatarse en la estampida sonora de “Skin receiver”. Terminamos con la bipolar (el comienzo choca con el final. Son dos posicionamientos de musicalidad transversada). La demencial, disparatada, y vesania “I need I want I will” –esos últimos diez segundos del final son y estallan en un estado cuasi-meditativo-. Auf der Maur construye este disco de manera que explote todo aquello que le ha sido adherido en sus travesías con las otras bandas en las que ha pertenecido y por su misma alta calidad en el manejo de su leal instrumento, (Kim Deal y Hilary Wood son también salvajes figuras en el modo de tratar al peculiar aparato). Es muy común subvalorar el trabajo del bajista, pero personas como Melissa logran originar un epicentro de toda composición. No es fácil. Y como siempre –para variar- son las mujeres las que logran esas fuerzas para poder confinarlas con el mundo, con el ser, con el universo, con la vida, con todo. Eso también se patentiza en la fragilidad que emana del corpus de Melissa para desembocar en opulencias armónicas.





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